martes, 3 de diciembre de 2013

Como nos ayudan las esencias

Los aceites esenciales, que las civilizaciones anteriores consideraban como el alma y espíritu de las plantas, son algunas de las sustancias más valiosas que la naturaleza nos puede ofrecer. Aparte de tener la capacidad de curar el cuerpo físico, sus efectos llegan hasta el sistema hormonal e incluso pueden influir en nuestro estado psicoemocional y espiritual, en los sentidos, en los cuerpos sutiles y sus centros energéticos, es decir, los chacras…
                                                                          
    ¿Nos sirve a aromaterapia a los seres humanos?  
Por supuesto; sólo basta imaginar o percibir un aroma vegetal como el de la rosa. Inmediatamente al llegar el aroma a nuestras fosas nasales, empezamos a tratar de imaginar las características de la flor, aun cuando no la veamos. No sabemos en que momento el proceso de identificación del olor pasa a ser un proceso emocional. Si el aroma es agradable para el receptor se desencadenan una serie de emociones, sensaciones, recuerdos, que serán igual de agradables. Con ello nuestra mente esta inmersa en un estado de bienestar general que en el cuerpo se refleja cono relajación muscular, baja de frecuencia respiratoria y cardiaca y la sensación de ser feliz. Estas acciones son las importantes para permitir al cuerpo procesos de reparación y descanso, tan necesarios en las enfermedades, tanto físicas como de origen emocional.                                                                       
¿Cómo cura la aromaterapia?  El sistema nervioso y el aparato respiratorio están íntimamente conectados. Las neuronas olfatorias, que son células del cerebro, están casi expuestas al exterior a través de la mucosa respiratoria en la cavidad nasal. Cuando una molécula aromática llega a la cámara nasal, es atrapada por el moco y desencadena una serie de estímulos que impactarán al cerebro en la región conocida como Hipotálamo. El hipotálamo es el sitio del cerebro donde se encentran los recursos necesarios para realizar la identificación de olor. Pero también es el sitio donde se encuentran reguladas muchas de las funciones que tienen que ver con la regulación de funciones vitales como la frecuencia respiratoria, la temperatura corporal, el apetito, la libido, y un largo etc. Es así que mientras tratamos de identificar un olor, en el cerebro se están poniendo, a la vez, en marcha otras funciones que actuarán sobre nuestro organismo(relajarnos o activarnos; activar nuestro sistema linfático o inmunológico; etc.) Si regresamos al ejemplo de la rosa, además de saber que se trata del olor de una rosa, podemos inmediatamente evocar recuerdos, sensaciones, e incluso eventos completos: como, cuando, donde y el estado emocional de aquel instante preciso.

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